26 de agosto de 2010
Soliloquio de una mente perturbada y crítica
7 de julio de 2010
Música de mi infancia
30 de mayo de 2010
Romper la regla número uno
27 de abril de 2010
Diversidad es la clave
16 de abril de 2010
Se encontró una Javi ...
5 de abril de 2010
... y así con la capitale oiga!!
Qué diferente es la vida aquí y la vida en provincias, incluso en Valpo .. es como estar en otro mundo, donde las horas son minutos, los minutos segundos, donde el día no es lo suficientemente largo como para vivirlo como debe ser.
Qué loco pensar que en Valpo si e demoras 30 minutos en llegar, ya es más que la cresta ... y aquí eso es "puuuuf, nada!!" Recuerdo que cuándo tenía como 5 o 6 años nos ibamos apretados del colegio a la casa con unos amigos y
siempre decíamos cosas como que estábamos más aplastados que una moneda o cosas por el estilo ...
Hoy viví lo que debe sentir una sardina en su lata. Si, ya sé, muchos me dirán "Ay, Javi, eso es lo más normal!!" .. si, puede que sea normal para ellos; en mi mundo las micros siempre tienen algún asiento vacío, le dices 'hola' al micrero cuando subes y 'chao, gracias' cuando te bajas ..
Aquí el micrero te dice 'subete luego culiao... no aleguí tanto que no te llevo a niun lugar, hueón... querí llegar a tu casa conchetumare? déjate de huear entonce'. Si no tienes plata en la bip!, cagaste, te mandan pa abajo o si pasai de largo te miran con cara de pico hasta que te bajas.
Algunos micreros no tienen idea por donde irse, por que los cambian y cambian de recorrido; en la mañana tuve que bajarme 4 cuadras más lejos por que el opa siguió de largo, otros micreros ya se operaron de los nervios y no le hacen caso al viejo retamboriao que anda alegando y hechando chuchás pal mundo por que había un camión arreglando los semáforos y se hizo un taco ...
Es impresionante cómo un sistema tan moderno, copiado de paises bastante más pro que nosotros, tan bonito con sus micros y colores; haya degradado al ser humano tanto como para llevarlo de vuelta a la época de las cavernas, cuando todos los jiles se agarraban a palos pa solucionar las cosas ...
Por que no me vengan con cuentos, ese micrero idiota, enojón, bueno pa hechar 'la choriá' y putear a los pasajeros, no es un hombre tierno y amoroso que llega a besar en la frente a sus hijos y a regalonear con su mujer
28 de febrero de 2010
27 de febrero de 2010, un día para no olvidar ...
La tranquilidad de aquella noche era casi palpable. En un cielo completamente despejado, la luna, casi llena, iluminaba los campos que rodeaban la ciudad y el aire nocturno de finales de verano permanecía quieto y tibio.
Por alguna razón desconocida despertó, como cuando medio dormida y medio despierta se gira en la cama para acomodarse y seguir durmiendo, pero esta vez no pudo seguir durmiendo por que de pronto la tierra comenzó a moverse, primero suavemente, como tantos otros temblores que son comunes en aquel país largo y angosto, pero luego de unos segundos el temblor aumentaba de intensidad y el momento en que la tierra se tranquilizara parecía lejano.
Todo a su alrededor comenzó a moverse, vibrar y sonar al ritmo del temblor que más que temblor era ahora terremoto. Era como ir arriba de un tren, solo que el movimiento era muchas veces más intenso.
Por fin se levantó de la cama y se encaminó a la habitación contigua cuyas ventanas, abiertas, sonaban más que cualquier otra cosa dentro de la casa. Afuera, a solo unos pocos metros, los cables de la energía eléctrica oscilaban sincronizados con los postes que se movían de un lado a otro mientras que una pared ondeaba cual bandera al viento.
De pronto una idea cruza por su mente y vuelve a su cuarto tan rápido como el oscilante suelo lo permite. Aquel antiguo mueble con un enorme espejo ovalado en el centro, regalo de su abuelo años atrás, parece tener vida propia, acercándose cada vez más a la puerta, como si quisiera huir de aquel movimiento.
Luego de afirmar el mueble hecha una rápida ojeada a su alrededor; las botellas y frascos dentro del armario se han caído, pero todo es de plástico, por lo que no se preocupa. Un poco más allá el estante se ha caído sobre la cama. Los libros de las repisas más bajas están regados por el suelo y encima de la cama la radio, los parlantes y el computador están a salvo.
La tierra aún se mueve, cosa que parece increíble, y desde el piso inferior se oyen las copas tintinear en el mueble del bar. Afuera, luego de varios flashes provenientes de los cables de la electricidad, la ciudad está a oscuras, iluminada únicamente por aquella luna grande y brillante, mientras de a poco el suelo se queda quieto.
